Genómica: conocimiento

La biología de la raza

La ciencia (o la falta de ella) detrás del sistema que ha existido durante siglos

Calla O’Neil
December 1, 2020


Introducción:

Hoy en día, en el Censo de Estados Unidos la Oficina del Censo utiliza las normas de la Oficina de Gestión y Presupuesto de 1997 sobre la raza para determinar las cinco opciones que se les da a los ciudadanos para que elijan. Esas opciones incluyen blanco, negro o afroamericano, amerindio o nativo de Alaska, asiático y nativo de Hawaii u otra isla del Pacífico. Estas clasificaciones de raza se pueden usar para ayudar a las personas a entenderse a sí mismas, a sentirse conectadas con los que las rodean y (o en contraste) para usarlas como un medio para tratar a los demás de manera diferente. Pero, ¿cómo influye la biología en estas clasificaciones raciales? Las poblaciones que han sido clasificadas como una raza concreta no son biológicamente distintas de otras poblaciones ni tienen linajes evolutivamente independientes. En cambio, todos los seres humanos tienen mucho más en común, genéticamente hablando, que lo que tienen de diferente. La biología apoya la idea de que el actual sistema de razas no es válido debido a los alelos compartidos entre las distintas razas y a las inmensas diferencias entre los miembros de una misma raza, en particular los afroamericanos.

La biología demuestra que el sistema actual de razas no es válido debido a los alelos compartidos entre las diferentes razas.

Similitudes de alelos entre regiones

Según la Enciclopedia Británica, las clasificaciones en EE. UU. surgieron como una forma de división social construida sobre la base de lo que se pensaba que eran diferencias naturales entre grupos de personas2. Sin embargo, la ciencia nos ha demostrado que genéticamente los grupos de personas divididos en diferentes razas tienen muchas más similitudes que diferencias. Por ejemplo, la figura complementaria 1A en la referencia 1 analiza 4,199 alelos en siete regiones: América, Oceanía, Asia central y meridional, Asia oriental, Oriente Medio y África. El gráfico circular señala que cuando se observan las siete regiones, estas contienen el 46.70 % de los mismos alelos. Esto significa que, si bien estas poblaciones están ubicadas en siete regiones diferentes del mundo, casi la mitad de todos sus alelos son iguales, lo que refuta la idea de que las razas son biológicamente distintas entre sí. Sin embargo, cuando las regiones se estudiaron individualmente, los porcentajes de alelos compartidos son mucho menores. Por ejemplo, cuando se observa solo la región de Asia Oriental, el porcentaje es del 1.14 % y en África el porcentaje es del 4.05 %1. Estos pequeños porcentajes muestran cuán genéticamente diversa puede ser una población, incluso si se encuentra en la misma región. Por lo tanto, no tiene sentido colocar a las personas en la misma categoría racial únicamente en función de su ubicación.

El gráfico circular señala que cuando se observan las siete regiones, estas contienen el 46.70 % de los mismos alelos.

Diversidad de haplotipos en poblaciones

Colocar a una persona en un grupo racial sugiere que es similar a otros miembros de esa raza y diferente de otras razas. Sin embargo, esto no es exacto, ya que los que se consideran afroamericanos pueden ser significativamente diferentes, genéticamente, de los miembros de su propia raza. En la figura 2A de la referencia 3, los puntos trazados representan la heterocigosidad del haplotipo de cada población, que es la variación de una región específica del ADN en una población3. El eje x representa qué tan lejos está cada grupo de población de África y el eje y representa la heterocigosidad de haplotipos promedio en la población. Como se ve en la figura, las poblaciones de África son extremadamente diversas genéticamente, con una heterocigosidad de haplotipos de alrededor de 0.9. Esto significa que si se seleccionan al azar dos personas de la misma región (África), las probabilidades de que su ADN varíe significativamente son altas, ya que la heterocigosidad del haplotipo es muy cercana al 100 % o a 1. Además, existe una correlación muy sólida (r = –0.76) entre la distancia a África y la heterocigosidad del haplotipo. El gran valor de r indica la alta probabilidad de que, a medida que las poblaciones se alejan de África, su heterocigosidad de los haplotipos disminuye, lo que significa que sus poblaciones son menos diversas genéticamente. Por ejemplo, las poblaciones europeas están a unos 5,000 kilómetros de África y su heterocigosidad de haplotipos es de alrededor de 0.8. Aunque 0.8 es todavía una frecuencia relativamente alta y se correlaciona con una población diversa, dos personas seleccionadas al azar de las poblaciones de Europa serían más similares genéticamente que dos personas seleccionadas de África, ya que la frecuencia que se da en África es más alta. Utilizando esa misma lógica, si se comparan genéticamente una persona de África y otra de Europa, probablemente serían más parecidas entre sí que dos personas de África, lo que demuestra que las categorías raciales pueden ser engañosas al implicar similitudes entre personas de la misma raza.

Las poblaciones de África son extremadamente diversas genéticamente, con una heterocigosidad de haplotipos de alrededor de 0.9.

Conclusión

El concepto de raza en Estados Unidos ha sido una parte fundamental de la sociedad desde su creación. Sin embargo, los estudios descritos en este documento muestran que nuestro sistema racial actual no provee una descripción precisa de las poblaciones humanas. Las poblaciones que se considerarían parte de diferentes razas tienden a tener muchos de sus alelos en común, lo que demuestra que las razas no son biológicamente distintas entre sí. Además, las razas, como los afroamericanos, pueden ser tan diferentes genéticamente que los miembros de diferentes razas pueden ser más parecidos que los miembros de la misma raza. Si bien estas clasificaciones pueden ser una forma conveniente y organizada de dividir las poblaciones, cuando se las mira desde una perspectiva biológica, estas categorías no son exactas. Sin embargo, la raza está dividiendo a Estados Unidos ahora más que nunca. La forma en que nuestro país asigna prejuicios y valores a las personas en función de su raza ha dado lugar a problemas como la elaboración de perfiles raciales, la discriminación y la injusticia que asolan nuestra nación en la actualidad. Sin embargo, si todos pudiéramos comprender lo mucho que tienen en común las distintas razas desde el punto de vista biológico, tal vez eso podría ayudar a unirnos y a darnos cuenta de que somos mucho más parecidos que diferentes.

Las razas que componen nuestra sociedad no tienen importancia científica y, por lo tanto, no deben usarse para definir a las personas.

Referencias

  1. "Genetic Structure of Human Populations.", Rosenberg NA et al, Science (2002), rosenberglab.stanford.edu/supplements/popstructSupp.pdf. Accessed 14 Oct. 2020.
  2. Wade, Peter, and Audrey Smedley. "Race." Encyclopaedia Britannica, 28 July 2020, www.britannica.com/topic/race-human. Accessed 14 Oct. 2020.
  3. "Toward a more Uniform Sampling of Human Genetic Diversity: A Survey of Worldwide Populations by High-density Genotyping." Xing, Jinchuan, et al, Genomics (2010)www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2945611/. Accessed 14 Oct. 2020.

 

Acerca del autor

Calla O’Neil

Calla O'Neil es una estudiante júnior en la Whittle School and Studios de Washington D. C. Le interesa estudiar la injusticia social y la biología, y le entusiasma utilizar ambas perspectivas para examinar el tema de la raza en Estados Unidos.